Trece trabajadores de la construcción salvaron ayer sus vidas de milagro después de que el montacargas donde se encontraban subidos se rompiera y fuera cayendo progresivamente por la fachada del edificio Intempo de Benidorm hasta impactar contra el suelo, según informaron ayer fuentes sanitarias y policiales.

El Cuerpo Nacional de Policía ha abierto una investigación para determinar las causas del siniestro y esclarecer si los responsables de la empresa constructora han incurrido en algún tipo de negligencia.
Desde la mercantil rechazaron ayer ofrecer una versión de lo ocurrido hasta no contar con todos los datos, pero sí confirmaron que los sistemas de frenado de tipo «cremallera» funcionaron, lo que permitió que el elevador se precipitara al vacío pero a una velocidad moderada.
El accidente laboral se saldó con los trece empleados heridos de diversa consideración, la mayoría de ellos con contusiones y fracturas de brazos y piernas, según explicó a los periodistas desde el lugar del suceso el alcalde de la ciudad, Agustín Navarro.
Ayer reinaba todavía una cierta confusión acerca de la planta en que falló el elevador, donde pueden subirse hasta veinte trabajadores. Así, mientras que el alcalde indicaba que había sido en el piso vigésimo, la Policía hablaba del décimo o duodécimo.
El lugar donde se ubica el rascacielos, conocido como La Cala de Benidorm, en la Playa de Poniente, está todavía en fase de urbanización, por lo que no está apenas concurrido. Además, el montacargas se cayó contra el suelo pero no a la vía pública, sino en le interior de un perímetro que recubre las dos torres.
Ninguno de los trabajadores afectados ni sus compañeros o familiares quisieron realizar ayer declaraciones a la prensa en medio de la marabunta que conformaban la infinidad de patrullas policiales, unidades sanitarias y vehículos de Bomberos.
La empresa constructora se mostró dispuesta por su parte a retomar las obras el próximo lunes, día en que podría facilitar un comunicado sobre lo sucedido.
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