«el compromiso al servicio de la vida obliga a todos y cada uno. Es una responsabilidad propiamente “eclesial” que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y de todas las estructuras de la comunidad cristiana». (JUAN PABLO II, Carta enc. Evangelium vitae, 79)

martes, 16 de marzo de 2010

Un millón de personas padecen dolencias relacionadas con el trabajo

La cifra la aportó Pere Boix, médico del trabajo e investigador de ISTAS, en la ponencia de presentación del II Encuentro de Delegados y Delegadas de Prevención, citando una encuesta de Eurostat. Y tal y como él afirmó, “se trata de una estimación conservadora”. Sobre la gravedad del problema no hay ninguna duda y tampoco caben ya posturas tibias sobre la necesidad de abordarlo en toda su complejidad.

Según Boix, se trata de una prevalencia similar a la de la angina de pecho o la diabetes, enfermedades que preocupan y mucho al sistema sanitario, dado el elevado número de personas que se ve afectado. Sin embargo, lo que en cualquier otro terreno de la salud pública se consideraría un grave problema, dispararía las alarmas y pondría en marcha mecanismos de control, en el campo de la salud laboral parece seguir lógicas contrarias. “Cuando surge un problema de salud entre la población –explicó Pere Boix–, el sistema de salud pública reacciona con una lógica aplastante. En primer lugar lo reconoce como problema, en segundo lugar busca los factores que lo condicionan y en tercer lugar diseña políticas de prevención. Además crea registros fiables para saber en todo momento cuál es la situación, cómo evoluciona y si tienen efectos las medidas de prevención. Todo esto funciona en salud pública desde hace siglos. Pero cuando hablamos de problemas de salud en el ambiente de trabajo parece que esta lógica, ‘tan lógica’, deja de funcionar”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario